Karin Lechner
Nacida en Buenos Aires, pasó la mayor parte de su niñez en Caracas, Venezuela.
Allí comenzó su formación musical bajo la conducción de su madre, la profesora Lyl Tiempo, e hizo su primera aparición pública cuando contaba sólo cinco años de edad.
ambién fue en Caracas
donde tuvo lugar su debut con orquesta a la edad de once años.
Establecida luego en Europa, continuó sus estudios con Maria Curcio, en
Londres y con Pierre Sancan en Paris y recibió orientación y guía
musicalde Martha Argerich, Nelson Freire, Daniel Barenboim y Rafael Orozco.
A
los 13 años se presentó por primera vez en Washington y, durante la
misma temporada, actuó como solista con la Orquesta Filarmónica de
Amsterdam en el concierto de apertura del Holland Festival en la sala
del Concertgebouw de esa ciudad.
Desde
entonces lleva adelante una activa carrera internacional que incluye
presentaciones en Austria, Bélgica, Francia, Alemania, Italia, Holanda,
Noruega, España, Suecia y Suiza así como frecuentes apariciones en
Estados Unidos, Argentina, Brasil, Uruguay, Venezuela, México y Japón.
Karin
Lechner ha actuado en prestigiosos centros musicales del mundo,
incluyendo el Kennedy Center en Washington, el Concertgebouw en
Amsterdam, la Philharmonie de Berlín, el Suntory Hall de Tokio o el
Teatro Colón en Buenos Aires y participa asiduamente en importantes
festivales internacionales como Menton, Toulouse, Montpellier, Colorado,
Verbier, Lugano o Schlesswig-Holstein.
Lechner
colabora frecuentemente con otros artistas -como Martha Argerich, Janos
Starker o Barbara Hendricks- en presentaciones de música de cámara, y
toca regularmente música para dos pianos con su hermano, el pianista
Sergio Tiempo, con quien integra un dúo permanente y con quien ha
grabado tres CDs. Ha tocado recitales con Mischa Maisky en España,
Alemania y Festival de Salzburgo.
Karin
Lechner grabó su primer disco a la edad de 13 años, para EMI, con obras
de Bach, Schumann y Chopin. A los 15 grabó para CBS los conciertos No. 1
de Beethoven y K. 467 de Mozart y más tarde un recital con obras de
Beethoven, Schumann y Ravel. Hizo luego un compacto con los conciertos
de Mozart K. 413, 414 y 415 con el Franciscan Quartet y otros dos
registros con la Sinfónica de Berlín, que incluye los Conciertos Nos. 1 y
2 de Brahms. (Fuente: Fundacion Teatro Colón).
El programa consistió en la Obertura "Fausto" de Richard Wagner, el Concierto para Piano Nro. 1 en Sol Menor, Op. 25 de Feliz Mendelssohn-Bartholdy, y la Sinfonía No. 2 en Re Mayor, Op. 73 de Johannes Brahms.
El concierto, comenzó puntualmente con la Obertura "Fausto" de Wagner. Levin, entro al escenario, y apoyando sus manos sobre el piano, se inclino para saludar al publico del Colon, sediento de música luego de la temporada estival. Si bien, la idea de Wagner era de hacer de "Fausto" una sinfonía basada en la obra de Goethe, dicho proyecto nunca llego a realizarse. Él mismo se dio cuenta de que no terminaría la obra, y opto por realizarle las modificaciones necesarias a fin de que la misma se adaptara mas a una obertura de concierto, que a un movimiento de una sinfonía inconclusa. El resultado fue una obra cuya música programática evoca la esencia de la literatura de Goethe. Levin dio una buena impresión dirigiendo. Se hizo evidente el dominio que posee sobre la orquesta, en especial me gustaría destacar las cuerdas, las cuales lograron matices muy sublimes dentro de a obra. Por momentos, también se destacaron los metales en especial en aquellos momentos cumbre del drama Goethiano. Se logro lo que esta música pretendía, contar una historia musicalmente.El fin, calmo y etéreo, simplifica el descanso del alma de Fausto, evocando así el final obra homonima donde los ángeles lo reciben en el cielo. El publico respondió con un cálido aplauso.
Fausto, por Renbrandt.
Una vez preparado el piano, llego lo que a mi parecer, seria el plato fuerte de la noche. Lechner ingreso al escenario del Colon para presentar un concierto, que no se encuentra entre los mas usualmente interpretados. Personalmente me impresiona su duración, siendo de 18-20 minutos en general, siendo un tanto breve comparado contra otros de la época. En el primer movimiento (Molto allegro con fuoco) la orquesta comienza con un tutti sonoro el cual, le da paso al piano brevemente. Esto es curioso, desde el punto de vista de que hasta ese momento no era muy común en los conciertos para piano la entrada del piano sin antes un debido desarrollo orquestal previo. Durante el comienzo, Lechner se mostró en su faceta mas virtuosa demostrando su dominio total sobre el piano, con una técnica impecable. Sin embargo, al principio los sonidos mas delicados no llegaban a ocupar la sala de manera completa. Esto se soluciono a lo largo de la obra, el segundo movimiento (Andante) destaco un lirismo y romanticismo intachable. Con el comienzo del tercero (Presto - Molto allegro e vivace) se observo una faceta explosiva de la mano de Lechner, la cual volcó toda su creatividad tanto como pianista, y su experiencia como directora, a fin de lograr una interpretación de lo mas acabada. Se observo una simbiosis entre Lechner y Levin, los cuales estaban totalmente amalgamados en la interpretacion. El final del concierto fue sorprendente, puesto que Lechner añadio al mismo ciertos acentos que le dieron un toque grandioso a la obra. Lechner y Levin fueron aplaudidos durante minutos. Pero aun faltaba mas, sin que nadie se lo esperase, Lechner volvio a sentarse en el piano y hicieron un encore del tercer movimiento solo para volver a embelezar al publico presente. Finalizado el despliege, Lechner abandono la sala casi corriendo, con una gran sonrisa en su cara.
Lechner y Levin durante el ensayo, en el Teatro Colón. (Foto: Teatro Colón)
Luego del intervalo. Levin dirigió la Sinfonia Nro. 2 de Brahms. Esta sinfonía de aspecto mayormente tranquilo fue llevada con eficacia por Levin, el cual dirigió la obra de memoria. Particularmente me gusto el ultimo movimiento (Allegro con spirito) , el cual tuvo momentos de mucho brio, y un bello final que hizo que todo el teatro se levantara en un auge de aplausos.
Levin dirigiendo la OFBA. (Foto: Teatro Colón.)
Finalmente, debo decir que me sorprendió la flaqueza del programa entregado en la sala. Durante la temporada anterior el mismo era un pequeño libro con mucha mas información, reseñas sobre las obras, sobre los compositores, entre otras cuestiones. Ahora paso a ser una simple hoja plegada de papel satinado. ¿Falta de fondos quizás...?, lo dudo. Puesto que los mismos se entregan a cambio de una colaboración. No solo los encarecidos precios de esta temporada tienen tope, sino que tambien parecería que los precios de la confiteria que se encuentra en Galería Alta corren el mismo destino. El cafe esta a $25, y la reserva de mesa $70. Claramente, un lujo que solo se pueden dar unos pocos.
A modo de información adicional, la venta de sobrantes de Abono de Opera, comenzaran a venderse a partir del 21 de Marzo (inclusive).
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