Luego de tanta espera, el día tan esperado por fin llegó.
La venta del “Primer Abono” llenó de expectativas a muchos jóvenes que hoy se
acercaron al teatro para poder finalmente adquirir sus localidades. La expectativa
se tornó desilusión frente a la terrible desorganización que acompaño la venta
de las localidades. Esta fué mi experiencia…
Llegué al Teatro pasadas las 8:00hs, y ya había una fila
de aproximadamente 30 personas que comenzaba en la puerta del Paseo de
Carruajes y se extendía en sentido hacia Cerrito. A pesar de haber llegado con
2 horas de anticipación, era previsible que sería un día de mucha concurrencia y
que requeriría de una organización importante por parte del personal del
Teatro.
Aproximadamente a las 9:00hs, cuando ya una enorme
cantidad de gente se había sumado a la fila, la cual cruzaba toda la calle Tucumán
y llegaba a doblar en Cerrito, se abrieron las puertas del Paseo de Carruajes.
Ese fue el primer momento de desorganización, donde varias personas
aprovecharon el tumulto para ganar alguna que otra posición, lo que género en
algunos casos discusiones entre los mismos abonados.
Pero sin embargo, esto no era más que el preludio de lo
que vendría después. Una empleada del Teatro nos informó a los gritos que la
fila debería dividirse en dos. Por un lado, formarían fila aquellos que compraban
"Primer Abono", es decir los menores de 35 años, y por otro lado formarían
las demás personas.
Que tan cabeza de alfiler se tiene que ser para no darse
cuenta que no puede organizarse una fila que superaba las 100 personas
simplemente a los gritos?
No importo demasiado. Inmediatamente se formaron las dos
filas como se pudo, y a las corridas. Había jóvenes que llegaban recién y se
colocaron directamente en la fila, y jóvenes que estaban de mucho antes y
quedaron atrás por el simple hecho de que la información les había llegado
tarde.
Demás está decir que esto represento la cumbre de la indignación
para una enorme cantidad de los presentes que se agolparon en la puerta de la boletería
a protestar. Cuando esta abrió, pasadas las 10:00hs, era más la gente que se
acercaba a quejarse que la que entraba a comprar un nuevo abono. Pasados 15min.
de abierta la boletería, una empleada nos avisó a los que estábamos cerca que
se había agotado todo Tertulia y Cazuela de Opera, y regreso al interior del teatro. Tampoco se le
ocurrió que claramente podría haber muchísima gente -más allá de los 20 que estábamos
ahí cerca - que quizás estaba innecesariamente haciendo la fila, cuando lo que quería
comprar ya estaba agotado.
Finalmente, a las 11:40hs, es decir, tres horas y media después
de haber llegado, conseguí entrar a la boletería. Cuando logré ingresar, lo
primero que me sorprendió, fue el hecho de que había que completar una
encuesta.
A NINGUNO, se le ocurrió que era mucho más práctico
realizar la encuesta de satisfacción una vez comprado el abono, de manera de no
estar retrasando la fila mientras se llenaba la misma. ¿En vez de intentar
arrojar alguna clase de análisis estadístico, acaso no sería mejor por comenzar
utilizando un poco el sentido común?
Una vez completada la encuesta, compré el abono, que
valga la pena aclarar no era el que tenía en mente, dado que ya se encontraba
agotado, por lo que tuve que hacer un cambio a último momento.
Luego de esta primer impresión, me cuesta creer que un teatro de la talla del
Colón tenga un nivel de organización tan deplorable. Más aún tratándose de personas que temporada tras temporada elijen comprar un abono, y los
cuales son en su gran mayoría los que permiten que el teatro pueda mantener las
producciones año tras año. Qué manera de cuidar al público es esa?.
Por otro lado, me quedé impresionado del grado de desconsideración
que existe entre el público mismo del Colón (particularmente el mayor) para con
sus pares abonados. En más de una oportunidad, pudo verse gente grande colándose
o intentando ganarse un lugar más adelante. No todos, pero nunca falta algún/a
desubicado/a.
Más allá de que nadie dude que la organización del Teatro
fue pésima, a mucha gente parece costarle entender la idea de que el personal
de seguridad del teatro cumple funciones DE SEGURIDAD. En repetidas ocasiones,
por no decir de manera incesante, la gente se acercaba a preguntarles
cuestiones que claramente desconocen como "Disculpe, sabe si todavía
quedan lugares en la segunda fila del segundo lateral de Galería Alta, del Abono
Nuevo Nocturno, de Opera?"
Como colmo de los colmos, desde la página oficial del
Teatro afirmaron "Con gran éxito, comenzó hoy la venta de Primer
Abono.". Un enunciado que realmente falta a la verdad. Que se haya vendido
todo no significa que haya sido exitosa si para ello fue necesario atravesar
todo este desastre.
Antes de concluir esta entrada, es preciso señalar dos
cosas. En primer lugar, efectuar un enérgico reclamo a las autoridades del teatro
para que adopten una posición seria y organizada a la hora de realizar la venta
de nuevos abonos, y más teniendo en cuenta ocasiones como esta. Finalmente, voy
a señalar algo que una vez dijera el anterior director P.P. Garcia Caffi
"los argentinos tenemos una forma de trabajar de caos-organizado". Puede
que tal cosa exista, pero hoy, solo reinó el caos.
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