viernes, 12 de febrero de 2016

Recordando a Richard Wagner, en el dia de su paso a la inmortalidad.

Para los melómanos, y los wagnerianos en particular, el 13 de Febrero no es un día más en el calendario, dado que se cumple un nuevo aniversario del paso a la inmortalidad de Richard Wagner.



Diez años antes de finalizar su más encumbrada obra, "El Anillo del Nibelungo", escribió al final de la partitura de El Ocaso de los Dioses, "No diré nada más!!".Sin embargo, todavía quedaba bastante por decir en la vida de este grandioso músico, puesto que medio año antes de su fallecimiento había logrado estrenar en Bayreuth, su festival sacro Parsifal

Richard Wagner encontró su final en Venecia, el 13 de Febrero de 1883. A los 70 años, había comprendido que su existencia se acercaba a un final inevitable, pero a su vez había adquirido la certeza de que su "mensaje universal" estaba finalmente realizado. A pesar de esto, Wagner poseía una naturaleza realmente inquieta y activa, por lo que se mantuvo ocupado hasta el ultimo de sus días.

No pocos eran los males que lo acompañaban en el ultimo tramo de su existencia, poseía grasa en el corazón, una dilatación en el estomago, y había sufrido de repentinos ataques de angina de pecho. Poseía dificultades respiratorias, y en parte debido a éstas es que decidió viajar a Venecia donde el clima era mucho mas benigno que en Beyreuth.

Finalmente, el 13 de Febrero, una apoplejía puso fin a su existencia en el palacio Vendramin, ubicado sobre el Gran Canal. Cosima lo había acompañado durante toda su estadía, y tomo nota con un nivel asombroso de detalle de todas las actividades y acontecimientos diarios en torno a la familia. Estos diarios personales nos llegan hasta hoy en día como una valiosa herramienta para conocer un poco mas acerca de la intimidad de la familia en la recta final de la vida del compositor. De estas fuentes se pueden obtener comentarios como el vertido por Wagner una semana antes de su muerte, en el cual decía "Yo digo como Otello: he aquí el fin de mi viaje".

Muchas personalidades sintieron un hondo pesar frente al fallecimiento del compositor, entre ellos se hallaba su suegro, Franz Liszt, que ante la inminente muerte de uno de sus mas grandes amigos, había escrito La Lugubre Gondola (1882). Esta obra evoca el viaje  del féretro cubierto de negro a través del Gran Canal, a comienzo de su largo periplo hasta Wahnfried, en Bayreuth.



Wagner nos ha dejado un legado imperecedero, el cual nos conmueve y nos trasciende en los mas profundo de nuestra existencia como seres humano. Su música sentó las bases que permitieron el desarrollo de la atonalidad del siglo XX, y la creación del leitmotiv, no solo concibió una nueva manera de entender la música, sino que brindo un elemento que es utilizado aun hasta nuestros días.

Durante la primavera de 1864, mientras componía Los Maestros Cantores, se autodedico este epitafio:

"Aquí yace Richard Wagner, que no ha sido nada,
ni caballero de una miserable Orden,
ni capaz de sacar el perro por detrás de la estufa, 
ni siquiera Doctor de una Universidad..."

Al día de hoy sabemos a ciencia cierta que, mas allá de cualquier tipo de broma,Wagner nunca pudo estar mas equivocado en su vida. A modo de homenaje, dedicare el próximo post a reflexionar sobre alguna de las ultimas apuestas Wagnerianas del Teatro Colón en Buenos Aires.











“Yo digo como Otello: he aquí el fin de mi viaje”.

Hacía años que padecía de una dilatación de estómago, tenía exceso de grasa en el corazón y había sufrido ataques de angina de pecho. Además una hernia le producía intensos dolores siendo esto quizás el motivo de su nerviosismo e irritación. En los días húmedos y nublados tenía dificultades respiratorias y a menudo sufría de vértigos y palpitaciones. En noviembre y diciembre el mal tiempo le causó un profundo malestar y debido a los ahogos respiratorios tuvo que renunciar a sus frecuentes paseos. Hasta que llegaron los días fríos pero claros de enero, no se había sentido mejor. A pesar de todos estos problemas no existía un motivo inmediato de preocupación. - See more at: http://www.archivowagner.com/23-indice-de-autores/b/bauer-oswald-georg/168-muerte-en-venecia#sthash.S0lleQf4.dpuf
Hacía años que padecía de una dilatación de estómago, tenía exceso de grasa en el corazón y había sufrido ataques de angina de pecho. Además una hernia le producía intensos dolores siendo esto quizás el motivo de su nerviosismo e irritación. En los días húmedos y nublados tenía dificultades respiratorias y a menudo sufría de vértigos y palpitaciones. En noviembre y diciembre el mal tiempo le causó un profundo malestar y debido a los ahogos respiratorios tuvo que renunciar a sus frecuentes paseos. Hasta que llegaron los días fríos pero claros de enero, no se había sentido mejor. A pesar de todos estos problemas no existía un motivo inmediato de preocupación. - See more at: http://www.archivowagner.com/23-indice-de-autores/b/bauer-oswald-georg/168-muerte-en-venecia#sthash.S0lleQf4.dpuf

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